Jesus points out to his disciples the poor widow who has just dropped two simple copper coins into the temple treasury. He then delivers a teaching on stewardship. Despite her poverty, the poor widow in today’s Gospel does not refuse God her generosity. Out of her desperately impoverished life she contributes to an earthly institution to give God glory and praise. It is not the monetary value of the gift that was important, but the love, trust and gratitude expressed through the gift. The Gospel asks us similarly compelling stewardship questions:
What do we value? In what or whom do we place our trust? How do our own contributions to our community of faith reflect our generosity toward God?
Para el Fin de Semana del 7/8 de Noviembre de 2015 Domingo Trigésimo Segundo del Tiempo Ordinario
Jesús habla a sus discípulos sobre la pobre viuda que deposita solamente dos monedas de cobre en el cofre del templo. Él ofrece entonces una enseñanza acerca de la corresponsabilidad. A pesar de su pobreza, la pobre viuda del Evangelio de hoy no niega a Dios su generosidad. Emergiendo de su desesperada vida de pobreza ella contribuye a una institución terrenal para dar gloria y alabanza a Dios. No es el valor monetario de la donación lo que fue importante, sino el amor, la confianza y la gratitud expresada a través de la ofrenda. El Evangelio nos hace, de manera similar, enérgicas preguntas de corresponsabilidad: ¿qué valoramos nosotros? ¿En qué o en quién ponemos nuestra confianza? ¿Cómo reflejan nuestra generosidad hacia Dios las contribuciones que
hacemos a nuestra comunidad de fe?