Second Sunday of Easter (Divine Mercy Sunday) • Weekend of April 2/3, 2016
In today’s first reading from the Acts of the Apostles we hear it proclaimed that many “signs and wonders” were performed in public by Christ’s followers, a demonstration that produced two results. First, the people of Jerusalem outside the Christian community were awed by what the disciples were performing. And in the midst of all this amazement, many were being converted. Good stewards know of the evangelizing power emanating from their daily acts of love, compassion, mercy and generosity. They believe that if they stay focused on Christ each day, every act has the power to transform a broken world. What “signs and wonders” will we perform today?
Segundo Domingo de Pascua (Domingo de la Divina Misericordia) Fin de Semana del 2/3 de Abril de 2016
En la primera lectura de hoy, de los Hechos de los Apóstoles nosotros escuchamos la proclamación de que numerosos “signos y maravillas” fueron realizados en público por los seguidores de Cristo, una demostración que produjo dos resultados. Primero, la gente de Jerusalén, fuera de la comunidad cristiana, estaba asombrada por lo que los discípulos estaban realizando. Y en medio de toda esta estupefacción, muchos se convirtieron. Los buenos corresponsables saben del poder de evangelización que emana de sus actos diarios de amor, compasión, misericordia y generosidad. Ellos creen que si permanecen enfocados en Cristo cada día, todo acto tiene el poder de transformar un mundo quebrantado. ¿Qué “signos y maravillas” realizaremos nosotros hoy?
Third Sunday of Easter • Weekend of April 9/10, 2016
In today’s Gospel we hear of that mysterious meeting Jesus’ disciples had with him on the shore of the Lake of Tiberius. Jesus invited them to have breakfast with him. He took the bread and gave it to them, and the same with the fish. None of the disciples were bold enough to ask: “Who are you?” They realized it was the risen Lord. Those who practice good stewardship of their life of faith are touched by joy and moved by deep awe when encountering Christ in the celebration of the Eucharist. How do you experience the mysterious presence of Jesus in the Eucharist? Do you recognize his presence? Do you hear the Lord’s invitation to draw nearer? Do you experience a closeness, or a reserve? A familiarity, or a distance?
Tercer Domingo de Pascua Fin de Semana del 9/10 de Abril de 2016
En el Evangelio de hoy nosotros escuchamos acerca de ese misterioso encuentro que tuvieron los discípulos de Jesús con él en la orilla del Lago de Tiberíades. Jesús les invitó a desayunar con él. Él tomó el pan y lo dio a los discípulos, e hizo lo mismo con el pescado. Ninguno de los discípulos fue lo suficientemente audaz como para preguntarle: “¿quién eres tú?” Ellos se dieron cuenta de que era el Señor resucitado. Quienes practican la buena corresponsabilidad de su vida de fe son tocados por el gozo y movidos por el profundo asombro cuando encuentran a Cristo en la celebración de la Eucaristía. ¿Cómo experimenta usted la misteriosa presencia de Jesús en la Eucaristía? ¿Reconoce su presencia? ¿Escucha usted la invitación del Señor a acercarse más? ¿Experimenta usted un acercamiento, o una cautela? ¿Una familiaridad o una distancia?
Fourth Sunday of Easter • Weekend of April 16/17, 2016
In today’s Gospel reading Jesus is quite emphatic: “My sheep hear my voice…” Those who exercise good stewardship of their prayer lives realize that hearing or listening is fundamental to prayer. Prayer is a personal encounter with the Lord and requires dialogue. Some people never learn the art of listening. When we enter into a dialogue with someone we love we speak and we listen. Otherwise it cannot be a dialogue. This week let’s think about how we pray. Do we do all the talking and then get up and do something else? Or do we sit quietly, waiting for God’s voice to enter our hearts?
Cuarto Domingo de Pascua Fin de Semana del 16/17 de Abril de 2016
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús es completamente enfático: “mis ovejas escuchan mi voz…” quienes ejercitan la buena corresponsabilidad de su vida de oración son conscientes de que oír, o escuchar, es fundamental para la oración. La oración es un encuentro personal con el Señor y requiere diálogo. Algunas personas nunca aprenden el arte de escuchar. Cuando nosotros iniciamos un diálogo con alguien a quien amamos, nosotros hablamos y escuchamos. De otra manera no puede ser un diálogo. Esta semana, pensemos acerca de cómo podemos orar. ¿Hablamos solamente nosotros y después nos retiramos para hacer algo más? O ¿nos sentamos silenciosamente, esperando que la voz de Dios entre en nuestro corazón
Fifth Sunday of Easter • Weekend of April 23/24, 2016
In today’s Gospel we return to the Last Supper to hear Jesus’ new commandment to love one another. Good stewards, as the recipients of God’s unending love, take this commandment seriously. Though we are reminded of his love throughout the year, it is Jesus’ actions and words during the feast of Passover that show us the extent of his love and the way we too can live a life of stewardship: “… love one another. As I have loved you, so you also should love one another” (John 13:34). Can we accept this commandment from Jesus? Are we able to embrace this kind of discipleship? Can we humbly offer ourselves in loving service to one another
Quinto Domingo de Pascua Fin de Semana del 23/24 de 2016
En el Evangelio de hoy, nosotros retornamos a la Última Cena para escuchar el nuevo mandamiento de Jesús de amarnos los unos a los otros. Los buenos corresponsables, como receptores del interminable amor de Dios, tomamos este mandamiento con mucha seriedad. Aunque se nos recuerda su amor a través de todo el año, son las acciones y las palabras de Jesús durante la fiesta de la Pascua las que nos muestran la extensión de su amor y la manera en la que nosotros podemos también vivir una vida de corresponsabilidad: “Les doy un mandamiento nuevo: ámense unos a otros. Así como yo les he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.” (Juan 13:34). ¿Podemos nosotros aceptar este mandamiento de Jesús? ¿Estamos dispuestos a abrazar esta clase de discipulado? ¿Podemos ofrecernos humildemente nosotros mismos, unos a otros, en amoroso servicio?